viernes, 29 de junio de 2012

De Óscar Hahn. Cajones.

Se abrieron todos los cajones
de los muebles que había en la casa
Saltaron por el aire
las cosas que estaban adentro
como si una caterva
de demonios enloquecidos
buscaran algo en su interior
Yacían las cosas desparramadas por el suelo
crujían los cajones vacíos
Ave María Purísima exclamé persignándome
Y una voz surgida de no sé dónde dijo:
sin pecado concebida
Y de nuevo saltaron las cosas por el aire
y regresaron al lugar de donde habían salido
Todo volvió a la normalidad
Excepto ese cajón que aún permanece abierto
y que parece una boca de lobo

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