de
los muebles que había en la casa
Saltaron
por el aire
las
cosas que estaban adentro
como
si una caterva
de
demonios enloquecidos
buscaran
algo en su interior
Yacían
las cosas desparramadas por el suelo
crujían
los cajones vacíos
Ave
María Purísima exclamé persignándome
Y
una voz surgida de no sé dónde dijo:
sin
pecado concebida
Y
de nuevo saltaron las cosas por el aire
y
regresaron al lugar de donde habían salido
Todo
volvió a la normalidad
Excepto
ese cajón que aún permanece abierto
y
que parece una boca de lobo
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